martes, 1 de noviembre de 2022

La ciencia del Cannabis: aportes desde San Luis

En “INTEQUI-EXPLORA”, Francisco Cecati –Farmacéutico Nacional y Doctor en Farmacia- nos traza un panorama sobre esta planta milenaria, y el aporte científico-tecnológico que  desarrollan desde San Luis, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la gente.

Con la demanda que generó para uso medicinal la planta de Cannabis, las universidades e institutos de CONICET ( Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) abrieron un espacio de investigación, capacitación y transferencias con fines socio-sanitarios. En ese sentido, la Universidad Nacional de San Luis (U.N.S.L.) creó en marzo de 2021 el Programa Cannabis, coordinado por el Dr. Francisco Cecatidocente del Área de Química Orgánica de Productos Naturales de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (U.N.S.L.), y Profesional Principal de CONICET, con funciones en el INTEQUI (Instituto de Investigaciones en Tecnología Química) en donde lidera las investigaciones en Cannabis para uso medicinal e industrial en el marco de normativas nacionales.

Cannabis (captura web)

¿Cuándo surge y con qué objetivos el Programa de Cannabis de la U.N.S.L.?

Con la reglamentación en el año 2020 de la ley 27.350 sobre el uso Medicinal de la Planta de Cannabis, las Universidades toman un rol protagónico en lo relativo a investigación, difusión y capacitación sobre el cannabis medicinal. Bajo este marco normativo y en el contexto socio-sanitario que el tema conlleva, la UNSL abre un espacio de discusión entre sus profesionales en el 2019 para abordar la temática, frente a la necesidad de poder dar respuesta a la demanda de organizaciones sociales, usuarios, mamás y profesionales de la salud, en relación a la caracterización y cuantificación de principios activos en aceites y derivados terapéuticos y la necesidad de planes de capacitación en la temática.

El Programa es una apuesta interdisciplinaria e interinstitucional, con el objetivo de articular el conocimiento y la asistencia científico-tecnológica que puede aportar la UNSL y los Institutos doble dependencia UNSL-CONICET, con la demanda y necesidades vinculadas al uso industrial y/o medicinal de la planta de Cannabis sativa L., de los sectores gubernamental, productivo y comunitario. Para ello, el Programa se apoya en tres ejes estratégicos, que son capacitación y formación, investigación y asociatividad.

¿Qué es el Cannabis, y cuáles son sus usos sociales?

El cannabis es una planta milenaria, que se encuentra ampliamente extendida por el planeta y crece en todos los continentes, preferentemente en regiones templadas y subtropicales y se la conoce con una enorme cantidad de nombres. Se cree que su uso se remonta a 12 mil años, donde fue domesticada por los seres humanos, encontrándose entre los cultivos más antiguos de la humanidad. 

A lo largo de la historia esta planta se utilizó para la producción de fibras, textiles, lienzos, cuerdas, papel, como fuente de alimento y para la elaboración de diferentes preparados terapéuticos, existiendo registros de su uso en diversas patologías. También fue utilizada por diferentes culturas en rituales y actos religiosos.  En la actualidad, el avance de la tecnología y los nuevos procesamientos, permitieron ampliar sus usos para la producción de biocombustibles y energías alternativas, la remediación de suelos contaminados y la elaboración de diversos  productos como bioplásticos y materiales de construcción, entre otros. 

¿Por qué se menciona al Cannabis como “medicinal”?

La planta de cannabis es la única especie capaz de producir una familia de metabolitos secundarios denominados fitocannabinoides. Estos compuestos tienen la capacidad de interactuar con un conjunto de receptores que existen en nuestro cuerpo y que forman parte del denominado sistema endocannabinoide. Este sistema está implicado en una amplia variedad de procesos fisiológicos como la modulación de la liberación de neurotransmisores, la regulación de la percepción del dolor y las funciones cardiovasculares, gastrointestinales y hepáticas.

Los usos potencialmente beneficiosos del cannabis pueden verse en muchas enfermedades, debido a que la mayoría de nuestros órganos y sistemas, tienen sitios de acción de los fitocannabinoides, y esto explica las diversas propiedades de estos compuestos siendo anti-inflamatorios, analgésicos, protectores y reparadores del tejido nervioso, anticonvulsivantes, relajantes musculares, anti-tumorales, anti-vomitivo, antiespasmódicos, estimulantes del apetito, antioxidantes, inductores del sueño, ansiolíticos y antipsicóticos entre otras.

En base a esto, cannabis puede utilizarse como una potencial alternativa terapéutica en patologías como dolor crónico, epilepsia, autismo, enfermedad de Crohn, esclerosis múltiple, fibromialgia, insomnio, diabetes, glaucoma, anorexia, efecto adverso de la quimioterapia, entre otros.

¿Qué regula concretamente la Ley de Cannabis?

La ley 27.350 se promulga en el año 2017, dando un marco regulatorio para  la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados. Los decretos reglamentarios posteriores, ampliaron los alcances de esta Ley, siendo en la actualidad no solo una ley de investigación, sino también de acceso, a través de la creación del REPROCANN, el registro nacional de personas autorizadas al cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos https://reprocann.msal.gob.ar/auth.

En mayo de este año, se promulgo la Ley 27.669, que se encuentra en proceso de aplicación y que busca dar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en todos los eslabones productivos y de comercialización de la cadena del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. A mi entender, un paso histórico para el acceso y la provisión de cannabis medicinal seguro y de calidad y la apertura de un gran flujo de inversión que generará divisas y puestos de trabajo en todo el territorio nacional, en un momento tan necesario para nuestro país y donde la UNSL y CONICET  tendrán el trabajo y desafío de aportar y contribuir en esta nueva Industria que hoy nace en la Argentina.

¿Cuál es el aporte del INTEQUI, dentro del Programa Cannabis? ¿Está en articulación con otros institutos de CCT San Luis y del país?

Es un gran aporte el de INTEQUI al Programa, tanto por el know how del recurso humano, la posibilidad de contar con instalaciones modelo bajo normas de higiene y seguridad, el equipamiento de laboratorio e instrumental analítico de alta tecnología y el sistema de gestión de calidad que enmarca las actividades desarrolladas este Instituto.

¿En INTEQUI qué personas están involucradas y qué laboratorios intervienen?

Actualmente, varios miembros del grupo de Bioorgánica de INTEQUI están colaborando en el Programa, en diferentes actividades que involucran asesoramiento científico y tecnológico a terceros, procedimientos de extracción y purificación de bioactivos, estudios analíticos y caracterización  fitoquímica de variedades, elaboración de derivados terapéuticos y elaboración de biomateriales. Las personas intervinientes son la Dra. Marcela Kurina-Sanz, el Dr. Guillermo Reta, el Dr. Osvaldo Donadel, la Dra Celeste Aguirre-Pranzoni y la alumna Belén Ensink, quien está realizando una beca CIN en nuestro Instituto. También contamos con la colaboración y asesoramiento del Dr. Carlos Tonn, ex profesor titular e investigador principal de nuestro instituto.

Por su parte, junto a la Oficina de Transferencia Tecnológica de INTEQUI,  venimos trabajando en la oferta de servicios a terceros para la cuantificación de cannabinoides en flores y derivados de cannabis y en la implementación de un sistema de calidad que apunta a la certificación y acreditación de los laboratorios y técnicas analíticas intervinientes.

Dr. Francisco Cecati en Laboratorio del INTEQUI

¿Qué actividad desarrolla la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del cannabis y otras drogas (AUPAC) de Rosario, y qué convenio se firmó con el Programa?

AUPAC es una asociación civil, constituida en el año 2017 con el objetivo de llevar adelante el abordaje integral de la planta de cannabis para la salud. Desarrolla diversas actividades: atención clínica médica y psicológica, talleres abiertos a la comunidad, orientación legal, cultivo, elaboración de extractos y fitopreparados, capacitaciones y cursos de formación. 

Asociaciones como AUPAC vienen dando respuesta hace años a la demanda territorial de acceso al cannabis terapéutico, al mismo tiempo que aportan a la construcción de políticas públicas en materia de cannabis para la salud en el país.

A fines del 2021, se firmó un convenio marco de colaboración con el Programa Cannabis de la UNSL buscando promover entre las partes la cooperación, capacitación, transferencia de conocimientos y de asistencia técnica y científica en materia de cannabis medicinal y cañamo industrial. 

Cannabis (foto AUPAC)

 ¿Quiénes integran la AUPAC?

AUPAC está conformado por más de 30 profesionales agrupados en tres áreas: clínica, cultivo y extracción. Integran esta comunidad médicos/as de distintas especialidades, psicólogos/as, nutricionistas, técnicos/as en química y en alimentos, biotecnologos/as, y cultivadores.

¿Qué actividad conjuntas se desarrollaron con los integrantes de AUPAC en el INTEQUI, y con qué objetivos?

A fines de septiembre recibimos en INTEQUI parte del equipo de la comisión de extracción de AUPAC, para llevar adelante un proyecto de elaboración de productos a base de Cannabis sativa L. impulsado por el Programa de Cannabis de la UNSL. 

El objetivo del encuentro fue estandarizar y optimizar procedimientos de extracción de bioactivos desde las flores de cannabis y la elaboración de preparados terapéuticos en vehículos lipídicos, realizando una trazabilidad del todo el procesos y los controles de calidad pertinentes, tanto en la materia prima como en el producto final.

La primera actividad que se realizo fue una ardua gestión para adquirir los permisos para el traslado de la materia vegetal, perteneciente al cultivo asociativo que lleva adelante AUPAC en la ciudad de Rosario. 

Una vez en INTEQUI, se procedió a analizar el perfil químico de las cuatro variedades de flores trasladadas y  así conocer la composición del material de partida. Luego se realizó la extracción de bioactivos utilizando alcohol etílico tridestilado de grado alimenticio, optimizando las cantidades, temperaturas de extracción, velocidad de agitación y tiempo de contacto entre el material vegetal y el alcohol.   Posteriormente el extracto fue filtrado utilizando sistemas de vacío y el alcohol fue evaporado y recuperado en rotavapores a presión reducida, asegurando la obtención de resinas libres de solventes y la protección de los bioactivos. 

Finalmente se procedió al análisis de las resinas y a la dilución de las mismas en diferentes vehículos como aceite de oliva y aceite de sésamo. Esto permitió la elaboración de 500 goteros de aceite con diferentes ratios y concentraciones de THC y CBD, que fueron previamente definidos junto al dispositivo clínico para su uso en diversas aplicaciones como dolor, espasticidad, trastornos del sueño, anorexia, náuseas y vómitos entre otras.

Sobre el producto final, se procedió a realizar diferentes controles como análisis cuali y cuantitativo de fitocannabinoides mayoritarios, perfil de terpenos, análisis microbiológico,  metales pesados, solventes residuales y micotoxinas, que permitan garantizar la inocuidad y calidad del mismo.  

¿Los productos elaborados se trasladan a AUPAC o se comparten también en San Luis?

Este trabajo se articuló completamente con AUPAC, quienes cuentan con un cultivo asociativo que abastece los tratamientos de sus pacientes, con el seguimiento y acompañamiento permanente del dispositivo clínico de la asociación.  Toda esta primera producción de aceites será distribuida a usuarios/as de AUPAC. 

¿La población de San Luis, tiene acceso a la producción medicinal que se genera en INTEQUI a través del Programa?

Apuntamos a que este tipo de actividades puedan repetirse en nuestra provincia para obtener derivados terapéuticos accesibles y de calidad. Esta primera experiencia, nos deja de manifiesto que contamos con instalaciones, equipamiento y recurso humano en nuestra universidad para poder llevarlo a cabo, sin embargo es necesaria la colaboración de otros actores, sumamente necesarios, como  aquellos proveedores de material vegetal de calidad y el Ministerio de Salud de la Provincia, para el armado y ejecución de un registro de usuarios y un dispositivo clínico que pueda dispensar y realizar un seguimiento adecuado. Venimos trabajando en la articulación para poder desarrollar este objetivo.

¿Se han establecido convenios  con asociaciones de San Luis?

En este año y medio de gestión, el Programa Cannabis UNSL ha generado alianzas estratégicas con diferentes actores, muchos de ellos de nuestra provincia, como asociaciones civiles, empresas del sector privado y empresas estatales, municipios, universidades, Institutos del CONICET, entes gubernamentales y otras instituciones. Esto nos permite contar con una matriz de capacidades y conocimiento para abordar un trabajo interinstitucional y transdisciplinario, apuntando a tres ejes centrales como lo son el asesoramiento científico-tecnológico, la investigación y desarrollo y la formación y capacitación en materia de cannabis.

 ¿Cuál es el grado de avance en la investigación con cannabis en el INTEQUI?

En INTEQUI venimos trabajando en el desarrollo de metodologías de análisis robustas y confiables para la identificación y cuantificación de fitocannabinoides y terpenos mayoritarios sobre material vegetal, derivados y formulaciones de cannabis y en la determinación de solventes residuales en resinas y productos finales. Este trabajo reúne técnicas como son la cromatografía liquida y gaseosa, la espectrometría de masas y la resonancia magnética nuclear y busca consolidar una plataforma analítica para determinar la concentración de bioactivos y asegurar la calidad y la seguridad de muestras y preparaciones originadas a partir de C. sativa L.  

Por otra parte estamos abordando la implementación de metodologías verdes para la extracción y procesamiento de bioactivos a partir de cannabis. Esto implica la extracción etanólica, que  consta de la maceración del material vegetal en etanol de grado Farmacopea y su posterior recuperación a presión reducida,  asegurando una concentración a temperaturas relativamente bajas para obtener un extracto concentrado en cannabinoides y terpenos de consistencia aceitosa/resinosa y color generalmente ámbar. Se emplea bioetanol para este propósito debido a que su origen, bajo costo, escasa o nula toxicidad y facilidad de eliminación, hacen que los productos sean aptos para su uso en industrias farmacéuticas, cosméticas y alimentarias.

Otra de las metodologías que abordaremos en los próximos meses es la extracción con fluidos supercríticos. Esta es una tecnología “verde” utilizada a gran escala para la extracción de aceites esenciales y componentes bioactivos, donde el principal solvente utilizado es el dióxido de carbono, permitiendo además el uso de cosolventes como el etanol para mejorar la eficiencia de extracción. Al cambiar los parámetros de tiempo de extracción, velocidad de flujo, temperatura y presión, el poder disolvente y selectividad del CO₂ se pueden modificar para incluir diferentes “cortes” dentro del proceso. El CO₂ es un solvente seguro, altamente versátil y eficiente, que posteriormente por condensación puede ser reciclado, lo que hace que este método sea algo más económico y se constituya en una alternativa ecológica al reducir la necesidad de eliminar desechos de solventes orgánicos. Es importante resaltar que el CO₂ a diferencia de otros solventes no deja residuos químicos, lo que permite obtener extractos limpios y seguros, de gran pureza, rendimiento y calidad, siendo de vital importancia particularmente en extractos utilizados para la elaboración de derivados medicinales. 

Finalmente, nos encontramos trabajando junto a la Universidad de Mar del Plata, en el aislamiento y purificación de cannabinoides mayoritarios. Las técnicas que utilizamos son cromatografía en columna y sistemas de destilación controlada, mediante el uso de un destilador de paso corto que cuenta con sistema de vacío y enfriador de alta eficiencia. Este desarrollo apunta por un lado a la producción de materiales de referencia nacionales mediante un trabajo articulado con el INTI, pero también para abastecer de estos productos a las líneas de investigación que lo requieran.   

¿Algo que haya quedado pendiente y desee aportar?

En primer lugar agradecer al grupo de colegas que se encuentran trabajando y colaborando en el Programa, y a las autoridades de la UNSL y de INTEQUI, por el apoyo y la gestión necesaria para que hoy podamos avanzar en el estudio e investigación de cannabis en nuestros laboratorios. 

Por otra parte, invitar a estudiantes, profesionales y a toda la comunidad a los ciclos de formación y capacitación que dictaremos desde el Programa Cannabis junto a AUPAC y referentes nacionales durante el 2023, que serán anunciados en los próximos días a través de los medios de comunicación oficiales.

Finalmente quisiera convocar a investigadores y docentes de nuestra universidad, a sumarse a esta iniciativa y al aporte de propuestas que puedan articularse desde el Programa 


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